Las aventuras de la Principita Eiko – Cap. 59

Eiko y Mogu

 Eiko miró al peluche con un asombro que le contuvo el llanto que estaba escandalizando al bosque. ¡Mogu había cobrado vida! Mogu, con los brazos cruzados, las alitas de murciélago que se batían incansables y el pompón de la cabeza que botaba a su aire, miraba desafiante a Silky, como si a su espalda se levantara la poderosa sombra de una bestia mítica. Silky, que por su parte no estaba viendo en Mogu más que a su peluche amado, se quitó la máscara, a la que dejó caer a la hierba, y con la voz entrecortada por la emoción dijo:

 -Mogu… ¿Cómo puede ser? Jamás te animé con mi poder. Siempre quise que permanecieras como cuando llegamos de…

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Las aventuras de la Principita Eiko – Cap. 37

Operación Muñeca de Trapo

 Eiko miraba con suspicacia a la arañita que caía de una interminable hebra hacia el pie del árbol del que acababa de asomar, como un conejo de cuentos, la niña. La mañana en el bosque estaba apacible, y la Principita creyó haberse topado con su primer contratiempo. La niña sintió que la oreja le picaba. A través de la abeja oyó gruñón al Bonta:

 -Una simple araña de saco. No te picará. Vamos, ponte a cubierto en el árbol, de cuclillas y con la espalda en la corteza como te enseñé.

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Las aventuras de la Principita Eiko – Cap. 36

Mogu

 Eiko, tumbada sobre una montañita de almohadones, con Vivi sentado a su lado, se divertía practicando con el tirachinas. Acertar al muñeco que el mago había dejado a un par de pasos, un tronco de aspecto asustadizo y que tenía una recta y larga nariz que terminaba en un ciruelo seco, le demandó una bolsita de nueces, pero como el Bonta dijo que bastaba con que la munición no diera lejos, pues cualquier animal echaría a correr cuando sintiera que algo chasqueaba en los alrededores, la niña no dio importancia a su mala puntería.

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