Long Riders! – Reseña

 Ami Kurata es una chica que acaba de ingresar a la universidad. Una mañana, los estudiantes se encuentran apuntándose en alguna actividad deportiva; Ami, que se sabe torpe para los deportes, está desconcertada, no sabe qué hacer. Pero entonces, entre cerezos que caen, ve pasar a una chica con una bicicleta plegable y ocurre el flechazo. Ami había encontrado su deporte.

 Así da comienzo Long Riders!, un anime que durante doce episodios triviales y caramelosos buscará entusiasmarnos con la pasión que Ami irá descubriendo en el mundo del ciclismo.

 Ami embelesada con su primera bici, Ponta, que es así como la bautizó una vez que la tuvo en casa. Se la ve arrobada, cándida como una niña, tanto que a lo mejor alguno podría confundir su diseño con el de Sakura Kinomoto, la cazadora de cartas. Pero es que así es Ami, una chica que se comporta y aborda el mundo como una niña. Todo en la serie, desde el ciclismo a una simple taza de té o un pote de helado, por obra de la mirada llena de asombro y candor de Ami es presentado de manera kawaii. Es imposible después de un episodio de Long Riders no querer un poco más a nuestra bici, si es que la tenemos (la mía, pobre, está ahí tirada), y disfrutar aún más de pasear con ella.

 También, hay que decirlo, el carácter infantil de Ami podrá exasperar a más de uno, je.

 Ami con Fortuna, el equipo de ciclismo que armará con las otras chicas. Arriba a la derecha está Aoi, la mejor amiga de Ami y quien la inició en el mundo de la bicicleta. Aoi es como la hermana mayor para Ami, aunque tienen la misma edad. Puede que haya algo más entre ellas, quién sabe, como así también entre la rubiecita, adoro su colmillo, y la de pelo violeta. La serie tiene un marcado tono yuri.

 ¿Qué más? No esperen un espíritu vibrante de competición a lo Chihayafuru. Todo en la serie transcurre plácidamente y apenas existen conflictos emocionales ni existenciales. Cuando los hay, son resueltos rápidamente con una sonrisa. Lindo anime para pasar un rato despreocupado y soñar de paso con la Japón kawaii que a muchos nos gustaría habitar aún cuando suponemos que fuera del anime no existe.