Llega Nochebuena y con ella las ganas de mirar pelis alusivas, y si es en la tele mucho mejor. Mi cita infaltable siempre fue con Mi Pobre Angelito (Solo en Casa); nunca me he cansado de verlas. Pero desde hace unos años que se les ha sumado Milagro en la Calle 34 (Miracle on 34th Street, Milagro en la ciudad).
Mucho para reseñar no tengo. Es una peli encantadora que la encuentras en las tardecitas de Nochebuena y que la miras y punto. Así que no los demoro más y los animo a pasar un buen rato con ella. ¿Y entonces para qué la entrada? Bueno, es que tengo ganas de hablar de la peli y de algunas cosas que hacen a las navidades yanquis, pero sin preocuparme por cometer spoilers (ahora que terminé, tampoco los habrá).
Bien, creo que mi gusto por las pelis navideñas parte de una cuestión muy elemental: las fiestas las vivo en verano. En estos parajes no podemos encender un hogar, no podemos patinar por las calles, no podemos jugar con bolas de nieve y tampoco construir muñecos, y desde luego, no podemos mirar desde las ventana de casa a la nieve que cae y a la cuadrilla de renos tirada por un viejo que representa para los niños a Papá Noel. En mi tierra, pues, no nos queda más que contentarnos con artesanías.
Lo anterior, claro, es la queja de un adulto. Cuando niños los adornos, pesebres (belenes) y arbolitos navideños, vueltos como de cuentos con las lamparitas multicolores, nos bastaban para darnos la ilusión de la Navidad. Pero bueno, siempre envidié las blancas y hogareñas nochebuenas yanquis. Evidentemente, los propagandistas del Tío Sam han hecho un buen trabajo conmigo, ja.
Esta es la tienda en la que trabaja Santa Claus. Me encanta ver estas opulentas jugueterías yanquis, poco menos que pequeñas Disneylandias; pero, convengamos que lo que se enseña es para unos pocos, pues no todos los niños pueden acceder a ellas. Creo que a la peli precisamente, y aunque suene a topicazo, le falta el papel de un niño pobre, como el de Santa Claus (1985), aunque también es cierto que “Matilda” es una niña pobre, porque no cree en Santa Claus. La película va de no perder la ilusión. La Navidad, al fin y al cabo, es eso.
¿La escena más hermosa de la película? Un dulce y tierno momento que nos habla de lo poco que un niño precisa de Papá Noel.
Bueno, sin más, ¡que tengan una feliz Nochebuena y una feliz Navidad!
Ni idea de la peli, pero vaya, lo del frío por estas fechas lo sufro cada año, y no me importaría disfrutar un poco más de un clima templado.
Supongo que nunca estamos del todo satisfechos con lo que tenemos.
Si al menos nevara, la bella estampa navideña compensaría; pero tampoco es el caso.
En fin, que tengas un feliz año compañero.
Como siempre, los mejores deseos 😉
Sip, es cierto, nunca estamos del todo satisfechos, xd. Me da envidia la nieve en el Norte, pero acá también podemos pasar las fiestas al aire libre. Cada cosa tiene sus pro y contras. En fin. Gracias por el saludo y que tengas buen comienzo de año!