La Pasión de Juana de Arco

 No soy cinéfilo y del llamado buen cine apenas que he visto un puñado de películas. Así que me da un poco de cosa meterme con una obra de culto como La Pasión de Juana de Arco, más cuando en la web abundan análisis por demás técnicos sobre la película. Pero bueno, como fan de la niña de la Lorena, no quiero perderme la oportunidad de animarlos a verla.

 Les interese o no la figura de Juana de Arco, hayan visto o no algo de cine mudo, no se la pierdan. Los sorprenderá.

 La Pasión de Juana de Arco se estrenó en 1928, escrita y dirigida por el cineasta danés Carl Dreyer. Durante su proyección, la cinta atravesó grandes dificultades que la malograron casi fatalmente, pues entre ediciones, censuras, extravíos e incendios pasó pronto al olvido. Pero décadas después, en 1981, el destino hizo que una copia del original fuera hallada en un sitio insospechado, un manicomio en Oslo. Entonces la película pudo disfrutarse como merecía.

 La actriz de teatro María Falconetti en su único papel para cine. Con ella «viviremos», no se me ocurre mejor manera de calificar su labor, lo padecido por Juana en el juicio en Ruan, donde la Iglesia hizo que la Pucelle respondiera por una serie de herejías que la llevarían a la hoguera. Observen el rostro de Falconetti. La película básicamente nos cuenta de Juana de Arco a partir de un rostro al que Falconetti supo dotar de una expresividad infinita.

 Con La Pasión de Juana de Arco no tendremos a la niña que se sentaba a hablar con ángeles en la apacible Domremy ni a la joven que montada a caballo y con el estandarte en alto levantaba ejércitos para que lucharan por Francia. Lo que tendremos es una mujer sencilla y piadosa abandonada a su suerte ante un tribunal que quería su muerte.

 Casi toda la película transcurre entre primeros planos. Esto brinda una fuerte sensación de intimidad y dramatismo, más aún cuando sabes que los diálogos son citas textuales de las actas del juicio. Saber que Juana efectivamente padeció lo que se cuenta en la película hace que la pena que sientes por el personaje que interpreta Falconetti sea muy honda. Bueno, al menos es lo que me pasó a mí. Hay escenas que me desarmaron, como el desencanto de Juana cuando los sacerdotes, después de haberlo dispuesto todo arteramente, le negaron la comunión. Cómo el rostro de Falconetti muda de una infantil alegría a una paulatina desolación me pareció increíble. Mucha gente considera la interpretación de la actriz francesa como una de las más logradas en la historia del cine.

 Es todo. Yo miré la peli en una versión con música; no es como fue pensada la película por Dreyer, pero me encantó y es la que recomiendo.

9 comentarios en “La Pasión de Juana de Arco

      • Curro dijo:

        Son películas para ser leídas. Y de fondo siempre se escucha la voz del piano. Es un cine al que volverá este arte en un futuro. es volver a la sencillez, la sencillez es mejor.

Deja un comentario